Anatomía externa: 

En el cuerpo de la abeja podemos distinguir tres zonas bien diferenciadas cabeza, tórax y abdomen.

Cabeza:

 En ella se encuentran  los órganos de los sentidos, ubicados en ojos y antenas y la boca, de naturaleza masticadora- lamedora

 Dos ojos compuestos encargados de percibir los colores que distingue el ojo humano, más el ultravioleta con la excepción del rojo. Sirven para la visión lejana y para la orientación del vuelo, respecto al sol.

Tres ojos simples y ocelos que indican la intensidad lumínica y sirven para la visión cercana dentro de la colmena y la estimulación de la visión en los ojos compuestos.

Dos antenas que sirven para percibir:

Vibraciones y movimientos del aire, sonidos, olores, temperatura y humedad.

Una boca rodeada por dos mandíbulas y prolongada por una trompa adaptada a la recolección de néctar. La función de las mandíbulas es importante: trituran y moldear la cera para formar el Panal, cogen los cuerpos inútiles para expulsarlos, abren los estambres de las flores, recogen propóleo de las plantas y muerden a los enemigos y objetos extraños.

La trompa aspira el néctar de las flores. Está compuesta por 5 piezas una lengua o labio inferior, dos palpos labiales y dos maxilas. Los palpos labiales son los órganos del gusto, así como las antenas y los tarsos.

 Tórax:

Formado por tres anillos, en cada uno de los cuales insertan un par de patas, y en los dos últimos dos pares de alas.

Patas, cada pata está dividida en 6 partes principales que puede moverse mediante articulaciones. Sirven tanto para andar, como para recoger polen. Y cada modificación particular de cada par de patas responden a las exigencias del trabajo de la obrera

Alas, las delanteras son mayores que las traseras y cuando la abeja vuela, funcionan en conjunto. Pueden batir las 200 veces por segundo, y alcanza una velocidad de vuelo de 10 a 20 kilómetros por hora.

Abdomen:

Compuesto por varios anillos en los que se encuentran las glándulas ceríferas, la de Nasanoff, el aguijón y las espiráculas o estigmas de las tráqueas.

Las glándulas cereras que se encargan de producir la cera se encuentran situadas en la parte inferior de los segmentos 4, 5, 6 y 7

La glándula de Nasanoff se encuentra en la parte dorsal del abdomen entre los segmentos 6 y 7. Segrega una feromona que esparce al batir las alas, y sirve para llamar a las abejas dispersas, de la propia colonia.

Anatomía interna:

Aparato digestivo:

Se inicia en la boca, que actúa como una bomba para succionar el néctar, y continúa por el esófago que desemboca en el buche. Aquí se almacena el néctar libado de las flores qué puede ser regurgitado en la colmena o dirigido a la parte siguiente. Está en el intestino medio, es una especie de estómago que digiere la comida de la abeja. Después vienen, el intestino delgado y el intestino grueso o ampolla rectal, dónde se acumulan las heces durante el invierno en espera de un día soleado, y de una temperatura adecuada para vaciarlo. Los tubos de Malpighi son otra parte del aparato digestivo, y son los encargados de filtrar los restos del metabolismo general, y verterlos al intestino delgado.

Aparato circulatorio:

La hemolinfa, equivalente a la sangre de los mamíferos, es un líquido ambarino claro, que ocupa el interior del cuerpo de la abeja, bañando todos sus órganos. Tiene como función principal, el transporte de los elementos nutritivos procedentes de la digestión de los alimentos, y la recepción de los residuos procedentes del metabolismo para su posterior eliminación a través de las paredes de los tubos de Malpighi. La impulsión de la hemolinfa, para que circule por el interior del cuerpo de la abeja, se realiza por medio de un tubo o vaso sanguíneo único, dónde distinguimos dos zonas el corazón y la aorta, y dos membranas musculares.

Aparato respiratorio:

El sistema respiratorio de las abejas es traqueal, es decir, el oxígeno llega a los tejidos, no por medio de la sangre, como los mamíferos, sino directamente a través de las paredes de una serie de tubos, las tráqueas, que tras sucesivas ramificaciones, llegan a terminar en el interior de la célula. Como partes fundamentales citaremos: los estigmas o espiráculos, los sacos traqueales, que actúan como pulmones y las tráqueas.

Sistema nervioso:

El sistema nervioso de la abeja está formado por un cerebro, qué tiene fundamentalmente una función sensorial, ya que le llegan directamente las sensaciones percibidas por los órganos de los ojos y de las antenas. Partiendo del cerebro y a lo largo de todo el cuerpo de la abeja, existe un cordón ganglionar unido por fibras nerviosas, de cuyos ganglios parte de los nervios sensoriales y motores que inervan todos y cada uno de sus órganos.

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